Probablemente si intentara poner en orden todas las cosas que tengo en la cabeza, me colapsaría. Hay momentos para dejar que se queden desordenadas las ideas y los pensamientos y digámoslo así, el libre albedrio actue y coloque todas las ideas en un orden preferencial, presumiblemente atendiendo a razones de corazón mas que de razón, que es lo que suele pasar cuando dejas al subconsciente actuar por si mismo.
Han sido, como otras tantas veces, muchos meses sin escribir, muchas cosas que contar y mil planes posibles, mil planes que fueron y otros mil que no pudieron ser. Estando bien, porque lo estoy, no he conocido un momento de tal incertidumbre como ahora. Parece que pueda acabar mañana en la otra punta del mundo, como atarme a mi ciudad para siempre y aparentemente ambas decisiones me parecerían exactamente igual de buenas. Eso es sintoma inequívoco de que algo no anda bien. Pero el qué, todavia no consigo figurarmelo, ya habrá tiempo de alegrarse o de lamentar. Por lo pronto, este año esta siendo desproporcionadamente mejor que el anterior y eso ya es algo que debe alegrarme. Lo que me dicte, el mañana, el futuro y mi destino, está por ver. Solo diré que me he vuelto un inconformista y creo que me va a reportar mejores cosas que malas.
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